Nos alojamos recientemente y la experiencia fue muy positiva, incluso con la obra enorme enfrente, ya que el excelente aislamiento acústico evitó cualquier molestia por ruido.
Para quienes viajan con perro, este hotel es de las mejores opciones que he encontrado. Aunque el precio por la estancia del perro (40€) no es barato, lo compensan con muchos detalles: una cama cómoda para el perro, comedero, recipiente para agua de calidad, toalla especial y un neceser de regalo con juguete, dos rollos de bolsas para excrementos, una lata de comida y dos snacks que a mi perrita le encantaron. Además, el perro puede estar en casi todas las áreas del hotel, como el bar y el desayuno, menos el gimnasio, lo que hizo la estancia mucho más fácil.
La habitación es muy cómoda: cama y almohadas excelentes, toallas de buena calidad, albornoz correcto y unas zapatillas que puedes llevarte como detalle. El personal fue muy amable, la limpieza impecable y el desayuno, aunque normal, destaca por los huevos revueltos, que son deliciosos.
La ubicación es excelente, ideal para recorrer Zaragoza a pie. Si vuelvo a la ciudad, sin duda repetiré en el Meliá. ¡Muy recomendable!