Es un lugar precioso para ir a descansar y disfrutar de una auténtica experiencia tradicional japonesa.
El personal es súper atento (aunque solo hay una persona que habla bien inglés), la mayoría de personas que atienden son señoras mayores y son muy lindas, van explicando todo lo que te dan o sirven.
La comida es deliciosa, nosotros pedimos de cena el menú tradicional japonés con anticipación y fue exquisito con 10 tiempos de comida, cada uno con una sensación distinta y al mismo tiempo sorprendiéndonos más, la forma de emplatarlo fue un wow!
Si escoges la opción de ryokan tienes que saber que no tiene ducha privada, hay que ir al onsen público para tomar el baño. En un próxima vez escogería la opción de onsen privado. Amamos que hay un lounge frío, para después del onsen donde puedes relajarte aún más y tomar agua, una cerveza o saborear un helado (están incluidos entre lo que pagas).
Ellos te invitan a utilizar la pijama japonesa y la Yakuta, con esta podes ir a cenar y queda muy linda, nosotros al otro día por la mañana nos hicimos fotos en el jardín que es un espectáculo, así que salen muy lindas.
Muy cerca de Ryokan hay templos y bosques para ir a caminar y vale la pena perderse un poco por ellos, hay paisajes preciosos. También por el camino hay puestos de comida y especies locales.
Mi esposo y yo disfrutamos cada minuto, 100 x 100 recomendamos esta experiencia. ♥️